En Almendralejo se reúnen las dos columnas, a la espera del tren de asedio de la artillería que avanzaba con más lentitud. Soult no podía asediar una fortaleza como la de Badajoz con su reducida fuerza y en consecuencia, decidió cambiar sus planes. Envió su caballería ligera bajo el mando del general Briche a tomar Mérida, para posteriormente dejar cuatro escuadrones de dragones en La Albuera, vigilando a la guarnición de Badajoz, Seguidamente, se dirigió con el resto de sus hombres a sitiar Olivenza, plaza fortificada que en aquellos momentos no estaba en las condiciones adecuadas de defensa.
Cuando Soult llegó a Olivenza el 11 de enero, encontró una fortificación firmemente guarnecida pero insostenible. La artillería pesada francesa empezó a llegar el 19 de enero, y sobre el 22 los franceses lograron reabrir una brecha en sus mal reparados muros. La guarnición se rindió el 23 de enero, siendo tomados como prisioneros más de 4000 españoles del Ejército de Extremadura.
El francés se encontró entonces libre para iniciar el sitio de Badajoz, que culminaría casi dos meses después. Por entonces la guarnicón de la plaza contaba con unos 5.000 hombres estando la fortaleza bien dotada de defensas, municiones y víveres. |
PRIMER SITIO DE BADAJOZ
El mariscal Soult pudo centrarse entonces en la conquista de Badajoz, por lo que el 26 de enero siguiente ordenó iniciar los trabajos de trinchera, a fin de atacar la plaza por el sur desde tres posiciones que, partiendo del margen izquierdo del Guadiana, Cerro del Viento y camino de Valverde, habrían de converger sobre la cortina de unión entre los baluartes de San Juan y Santiago.
Inmediatamente se empezaron a abrir las primeras trincheras y en pocos días, se emplazaron varias baterías a la izquierda del Guadiana. La defensa de la plaza estaba comandada por el Mariscal de Campo D. Rafael Menacho, que no permaneció inactivo ante el bloqueo, decidiendo hostigar a los franceses con salidas casi diarias, en las que ataca las obras y baterías que Soult intenta instalar, cada vez más cerca de los glacis de la fortificación.
El 28 de enero, 54 cañones franceses comienzan a bombardear el fuerte de Pardaleras. El días después Menacho sobre las cuatro de la tarde, ordenó la salida del Regimiento de Sevilla, que apoyado por 4 batallones y 2 escuadrones de caballería, causaron cuantiosos destrozos y abundantes bajas al enemigo. La infantería toma las trinchera a punta de bayoneta y por el flanco derecho, la caballería que había salido Puerta Palmas, siguió por el camino Cubierto saliendo a la carretera de Olivenza, que cruza a galope tendido, para cargar violentamente contra las baterías del Cerro del Viento, destrozando todo el puesto y dando muerte al Jefe del Batallón de Ingenieros Cazin y causando 200 bajas al enemigo.
Ante la proximidad de la tropas del General Girand, que acudieron en socorro del destacamento, los españoles se retiran a la protección de la plaza, cubiertos por el fuego del fuerte de Pardaleras, acogiendose a Badajoz por Puerta Pilar.
Con las fuerzas reducidas a la guarnición encerrada en la plaza, completamente bloqueada y aislada, todas las esperanzas se encomendaron a su tenaz Gobernador, resuelto a enterrarse entre las ruinas de sus muros, antes que someterse a los franceses.
El 6 de febrero, el general Mendizábal, avanzó sobre Badajoz consiguendo rechazar a la caballería francesa que salío a su encuentro. Forzando el cerca francés consiguió entrar en Badajoz. Con esta operación la guarnición de la plaza se reforzó considerabemente,llegando a contar por ello con un total de 17.000 hombres.
Pero la ciudad no tenía ni capacidad, ni recursos para acoger a una tropa tan numerosa, por lo que Mendizabal decidió cruzar el Guadianae y acampar entre el fuerte de San Cristóbal y las elevaciones de Santa Engracia. Dejó en Badajoz una parte de su ejército, con lo que el número de defensores se situó en 9.000 hombres, con una dotación de 170 piezas de artillería.
Tras ser derrotado el ejército de Mendizábal en Santa Engracia, el mariscal Soult envía un parlamentario a Badajoz para negociar su rendición, pero Menacho se niega a recibirle, y exhorta a la guarnición a resistir dentro de la ciudad si el enemigo bate los muros, levantando barricadas, excavando zanjas en la calles y abriendo aspilleras en las casas. El fuerte de Pardaleras es tomado por los franceses en la noche del 11 de febrero, aunque al día siguiente la artillería de la plaza la redujo a escombros después de un fuerte bombardeo. Los días siguientes se utilizan para realizar sucesivas salidas de los sitiados y contínuados bombardeos franceses, sin que se produzcan avances notables.
Las baterías francesas finalmente logran abrir una brecha de unos 30 metros en la cortina situada entre los baluartes de Santiago y San Juan, así como en parte de sus flancos. |

Croquis del 1er. Sitio de Badajoz sobre la ciudad actual. |
BATALLA DE GÉVORA O DE SANTA ENGRACIA
Sin tener en cuenta las recomendaciones del Duque de Wellington, Mendizabal descuida su posición sin tomar las precauciones necesarias. Los franceses conscientes de esta circunstancia deciden emboscar al ejército de Mendizabal, cruzando el Génova aguas arriba y atacando a los desprevenidos acampados.
En la confusión, toda la caballería española huye. Mendizábal, ordena a la infantería formar en dos cuadrod, repeliendo desde la colina del Atalaya el ataque de la caballería francesa. Esto ocurrió en un principio, ya que en oleadas posteriores, obliogan a los españoles a romper sus filas y dispersarse. Los españoles escaparon en todas direcciones, concluyendo así la lucha después de una hora acción. Los españoles sufren la muerte del brigadier José de Gabriel y Estenoz, natural de Badajoz, así como 800 bajas entre los muertos y heridos. Otros 4.000 hombres, incluido el general Virués, son arrestados con su equipo, 17 cañones, 20 tanques de munición y 5 banderas. Los franceses 400 bajas en esta batalla.
Al día siguiente los españoles hacen una salida desde Badajoz, contra las baterías emplazadas frente a los baluartes de San Miguel y del Almendro, asaltando los atrincheramientos y clavando e inutilizando varias piezas. Repuestos de esta nueva sorpresa los franceses logran reagruparse y contraatacando, expulsan de los altos a los españoles. El saldo de esta escaramuza es de 700 bajas por los sitiados y de 400 por los galos. |

Plano del asedio de 1811 y de la Batalla de Gévora o de Santa Engracia. |
MUERTE DEL MARISCAL MENACHO.
Envalentonados los españoles por estas acciones de castigo contra los sitiadores, continuaron cargando sobre las baterías de zapadores y minadores, emplazadas a la derecha del Fuerte de Pardaleras, Mientras unos se dedicaban a destruir al enemigo, otros clavaban las piezas de artillería, dejandolas inutilizadas. Así pues antes que pudiesen ser socorridos, perdieron siete cañones, sus pertrechos y la polvora que fue enviada al servicio de la plaza. Recuperados los franceses hacen un nutrido fuego desde una paralela proxima, obligando a retirarse a los asaltantes.
El Gobernador D. Rafael Menacho, según su costumbre, dirigía las operaciones desde el cuartel de la Bomba, en el baluarte de San Juan. Esto lo conocían los franceses, que concentraron sobre ese punto un nutrido cañoneo con proyectiles de metralla. Uno de ellos impactó junto al General, penetrando una se sus bolas de acero en su vientre, causándole una gravisma herida, que en breves minutos ocasió su muerte. |
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