TERCER SITIO DE BADAJOZ

recreacion sitios de badajoz

Recreación histórica de los Sitios de Badajoz

https://www.editamas.com/.../paisajes-hist%C3%B3ricos-de...

  Versão Portuguesa
Tras la finalización de la cruenta batalla de La Albuera, ambos bandos mantuvieron sus posiciones, tal vez tratando de asimilar el alto costo en vidas que ambos ejércitos sufrieron. Fueron 24 horas de un terrible y elocuente silencio.                                                                                                          Tras finalizar la triste jornada, el 16 por la noche el ejército francés inició un movimiento sobre su línea derecha. Ante este circunstancia, los aliados procedieron a reforzar su flanco, manteniéndose a la expectativa.
El general Soult decidió iniciar una ordenada retirada hacia el sur, siendo seguido de cerca por las  tropas mandadas por Wellingtom hasta las proximidades de Llerena, donde los franceses acamparon a la espera de recibir refuerzos.

 TERCER SITIO DE BADAJOZ

El levantamiento del cerco de Badajoz alivió los movimientos de la guarnición francesa. El frente norte de la ciudad (margen derecha del Guadiana) se mantuvo libre durante unos días. Pero en la mañana del 20, por los caminos de Olivenza y la Albuera los aliados vuelven a caer sobre Badajoz, que en pocos días queda nuevamente aislado. Al día siguiente, un parlamentario aliado entregó al gobernador del general Beresford, informándole de lo sucedido en La Albuera.  Sobre el campo quedaron  800 franceses mal heridos, comentándole que no tienen capacidad para transportarlos ni socorrerlos. El inglés se ofreció a darles pasaporte y permitirles que desde Badajoz se les auxiliara. Filippon agradeció el gesto de Beresford, pero declinaron ayudar a los suyos por carecer de medios de transporte y otras ayudas necesarias.

Los días siguientes los sitiados continuaron con sus obras de defensa, sin apenas ser molestados por el enemigo. El 25 un cuerpo de ejército mandado por el general Houston, cerró el cerco por el este, obligando a las guardias a retirarse a la plaza. El fuerte de Pardaleras, ya en situación de defensa, vio reforzada su gola con un muro almenado de seis metros de altura. Días después el gobernador ordenó la salida de 400 de infantería, 50 de caballería y dos cañones, para reconocer los alrededores del hornabeque y San Cristóbal.

Ese mismo día por el camino de Campo Maior el general Hamilton avanzó hacia el Guadiana cruzándolo a la altura de la Crispita, para unirse a las tropas llegadas  días antes. Desde Elvas salieron convoyes de artillería y se tendió un puente sobre el Guadiana.  Nuevas baterías se situaron en el Cerro del Viento y otros sectores del cerco. Unos 12.000 hombres cercaron la ciudad, apoyados por 60 cañones de grueso calibre y otras piezas. Los sitiados, en función de estos movimientos esperaban el ataque principal desde los altos de la Orinaza, sobre San Cristóbal, el hornabeque y la cara del castillo que da al Rivillas. En consecuencia el gobernador, ordenó enfilar desde el Revellín los posibles ataques sobre la alcazaba y construir caballeros, trincheras y paralelas para poder aguantar las brechas que pudieran ocasionarse. Al mismo tiempo la artillería de la plaza bombardeó continuamente las obras de asedio, dejando las trincheras cubiertas de muertos y heridos. En estos días los franceses llegaron a disparar más de 3.000 cañonazos.

El día 3 de Junio las baterías con más de 40 cañones, comenzaron a batir el cinturón del castillo causando grandes destrozos en el sector mes debilitado de la fortaleza. Al mismo tiempo estas piezas trataban de destruir el baluarte este del fuerte de San Cristóbal, consiguiendo abrir una apreciable brecha. Ingenieros sembraron los fosos de bombas y minas dispuestas a explosionar en el caso de que los aliados consiguieran superar los glacis.

 

En la noche del día 6, seiscientos hombres de tropas de élite, se lanzaron silenciosamente al asalto del fuerte. Nada más aparecer  fueron recibidos con un fuego cerrado de metralla y fusilería, que junto con las minas y bombas del foso causaron grandes estragos, siendo rechazado firmemente este primer intento de ocupar la posición. El mando del fuerte se encomendó al Capitán Chauvin al mando, consiguió repeler el asalto con escasas bajas, mientras que los aliados sufrieron 200 bajas entre muertos, prisioneros y heridos.

A la mañana siguiente, se produjo un ataque indiscriminado de artillería, que arruinó gran parte  de la ciudad, dejando algunos barrios reducidas a escombros, que fueron abandonados por los habitantes que lograron sobrevivir. La noche se aprovechó para levantar terraplenes y muros  que estaban demolidos.

Tres días después, tras un intenso bombardeo contra las brechas de San Cristóbal, centenares de hombre se lanzaron en masa a los fosos, decididos a trepar al interior del fuerte. Una tras otra las diversas oleadas son rechazadas, entre ráfagas de fusilería, disparos de metralla y lucha cuerpo a cuerpo. Varias veces los oficiales intentaron reagrupar a sus hombres, pero finalmente tras sufrir ingentes pérdidas retiraron tras las líneas de circunvalación. 6.000 atacantes fueron rechazados dejando en fosos y glacis más de cien muertos y heridos terriblemente mutilados.

Pocas horas después el bombardeo continuó insistentemente, pero hacia media mañana cesó de repentinamente. Al rato, un parlamentario se presentó en las proximidades del hornabeque, solicitando del comandante, en nombre del general Stewar, que los del fuerte sacaran los heridos a campo abierto, frente a las líneas aliadas, para así poder atender a sus heridos. Igualmente se solicitó la entrega de los cuerpos de un mayor y otros dos oficiales fallecidos.

Philippon ordenó reforzar y desescombrar las brechas, tanto en San Cristóbal como en el Castillo, esperando el posible ataque definitivo. El día 11, dos desertores informaron que por alguna razón se estaban retirando muchas fuerzas en todos los sectores del cerco. El fuego de la artillería desapareció paulatinamente hasta el silencio total.


Plano del tercer sitio de Badajoz. Segunda defensa francesa

Los aliados decidieron mantener al menos bloqueados los caminos que llegaban a Badajoz, mientras que el frente del Guadiana se liberó. Parte de la caballería y la artillería se retiraron sobre Olivenza y Elvas, concentrándose el grueso de las fuerzas en la La Albuera franceses eran conscientes  de que la ciudad tenía una docena de puntos en los que la defensa era imposible, por la destrucción causada por la artillería. Se elaboró por si fuera necesario, un plan de huida nocturna de la ciudad. Previamente se desmontó un arco del Puente de Palmas para simular una resistencia a ultranza, al tiempo que los carpinteros preparaban material que facilitara la salida de la guarnición. Antes de producirse esta, serían voladas todos los baluartes que estaban minados.

Pero el día 19 se conoció que los mariscales Duques de Dalmacia y de Raguse, confluían hacia Badajoz al objeto de liberar la plaza. Marmont y Soult llegan ese día a Badajoz. El primero retrocedió más tarde a Plasencia, sin dejar de vigilar la capital extremeña. El segundo bajó  camino de Andalucía. Aunque Badajoz quedó asegurado y los anglo portugueses mantuvieron sus posiciones sin problemas. Un duro asedio que se saldó con la pérdida de 2.000 bajas entre los aliados, mientras que las de los franceses, no pasaron de 300.

Antonio García Candelas        Sugerencias e impresiones

FORTIFICACION ABALUARTADA

BADAJOZ

SITIOS DE BADAJOZ

GRANDES BATALLAS

INDEX